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BLOG > Las farmacéuticas y el derecho a la Salud

Son muchas las poblaciones repartidas por el mundo que no olvidan la Medicina Natural. Sobre todo pueblo originarios o indígenas, donde el contacto con la naturaleza es tan próximo y tan antiguo que han aprendido ha interpretarla y usarla en su beneficio. Por contra, las grandes urbes ni quieren ni pueden muchas veces tener esa relación. Es el origen de la medicina alópata, de los medicamentos y de las farmacéuticas. Una industra que debería servir siempre para curar y que muchas veces está detrás de la muerte de muchas personas y animales en el mundo. Precios prohibitivos, patentes, investigaciones discriminadas, experimentación animal.

Los partidarios de los productos curativos sintetizados tienen dos grandes argumentos de peso en su haber: la gran demanda de productos y el deterioro del medio ambiente. Por ejemplo, para lograr de forma natural un sólo frasco de paclitaxel, – un producto usado en quimioterapia- haría falta talar unos cien tejos. Lo mismo con las levaduras, hongos y bacterias que se utilizan para producir antibióticos. Hoy día se sintetiza, pudiendo obtener desde productos naturales pero con procedimientos industriales, la cantidad de medicamentos que la población necesita. Otra cosa es el mercado.

En la estrategia de mercado de las farmacéuticas es dónde aparece su lado oscuro. Se valora el rendimiento económico de la investigación antes que su beneficio en la salud pública mundial. Se penaliza y se fortifican las patentes incluso en casos de emergencias mundiales. Se dificulta el acceso a fármacos ya sea con el precio o con la distribución en zonas ‘no rentables’. En 2012, murieron en el mundo 700.000 personas de Malaria, mientras que su tratamiento cuenta menos de 50 céntimos de euro.

En el Norte, la batalla es porque los Gobiernos no estén atados de pies y manos y puedan hacer que las vidas valgan más que los bonus. Una nueva política de patentesque flexibilicen su uso cuando la situación lo requiera. Una nueva directriz de investigación, para que las ‘enfermedades raras’ o aquellas que sólo afectan a las mujeres vuelvan a ser objetivo de estudio.Una racionalización de los precios, sobre todo en países donde la renta per capita es tan baja y la mortalidad tan alta como en muchos estados empobrecidos. Unas líneas de actuación que busquen el bien común y acabar con cualquier discriminación por razón de lugar de nacimiento o nivel social.

Se trata de extinguir una paradoja muchas veces mortal: que los países donde se extrae la materia prima que hace posible que ese medicamento exista, pueda consumir ese medicamento si su población lo necesita. Porque el acceso a la Salud es un Derecho Humano.

Consulta el Manifiesto #17O de la Alianza Española contra la Pobreza

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