Las lecciones aprendidas de la Jurisdicción Universal

Madrid, 21 de mayo. El papel específico de la Jurisdicción Universal y las consecuencias relativas a su aplicación efectiva han sido los protagonistas de los paneles de debate “Casos concretos. Lecciones aprendidas”, realizados durante la segunda jornada del Congreso “Jurisdicción Universal en el siglo XXI”.
El abogado del caso Tíbet en España José E. Esteve ha destacado cómo la causa del Tíbet evidenciaba “la verdadera cara de China, que en ese momento se encontraba en una campaña internacional para lavar su imagen”.
La incomodidad que provoca en los estados la investigación de estos crímenes ha quedado manifiesta en el caso Tíbet. “Ante las evidencias, la embajada China exigió, con una carta al Ministerio de Exteriores, el archivo de esta causa. Cinco días después se conoce la reforma que limita la LOPJ. Este fue el primer caso que se cerró”, ha concluido.
Por su parte, el secretario general del European Center for Constitutional and Human Rights Wolfgang Kaleck ha declarado que muchas de estas causas pueden esconder cierta parcialidad. “Sabíamos que nuestra lucha sería inconsistente e injusta si solo se dirigía a la defensa de unos pocos así que fuimos a por más”, ha señalado.
El magistrado Andreu ha enumerado los obstáculos a los que se enfrentan los jueces cuando investigan causas referentes a la JU, como la nula cooperación de los países extranjeros o las injerencias a la separación de los poderes.
Además, Andreu ha rendido homenaje a las nueve víctimas españolas (médicos, cooperantes y misioneros) asesinados en el extranjero, cuyos casos están siendo investigados en su juzgado, y ha recordado que, de seguir así, “en un futuro, las víctimas pueden vivir en la absoluta desprotección”. Por último, ha lamentado que la justicia se mercantilice y sirva “de moneda de cambio de acuerdo a los intereses geopolíticos”.
Finalmente, el consejero jurídico y portavoz de Human Rights Watch Reed Brody ha acercado hasta el público su experiencia en la defensa de los derechos de las víctimas de Hissène Habré, presidente de El Chad.
Este debate ha continuado en una segunda ponencia moderada por el escritor argentino Horacio Verbitsky. “El modelo de JU es valiosísimo pero está en manos únicamente de la sociedad. Si la sociedad lo acepta, será imparable”, ha expresado.
El abogado Joan Garcés ha lamentado el temor que los gobiernos profesan a la JU, a la que consideran como “enemigos a abatir” y ha declarado que “lo peligroso está en pensar que la soberanía está en quien puede tomar la decisión”.
Por su parte, el ministro saharui de los Territorio Ocupados, Mohammed Louali, también ha participado en este diálogo para denunciar la vulneración de los derechos y el bloqueo de información que han sufrido la población saharui desde la década de los 70 y ha exigido que la comunidad internacional condene el régimen marroquí y facilite así la autodeterminación del Sáhara.
La experta en Derechos Humanos y abogada Almudena Bernabéu ha destacado la importancia del proceso español en la condena del genocidio guatemalteco y ha aludido al carácter universal de la JU: “Si la JU es universal es, precisamente, porque no atiende como límite a la nacionalidad de las víctimas”, ha señalado.
Por último, el profesor de Derecho Penal Internacional Manuel Ollé Sesé ha repasado la historia de la Jurisdicción Universal en España. “Hace 18 años comprendimos que, por encima de las nefastas leyes, se elevaba el derecho internacional y aprendimos que hay crímenes de tal gravedad, cuya finalidad era el exterminio de una población, que es obligada su persecución y que es un deber de los Estados ejercer su jurisdicción ante los responsables de crímenes contra los Derechos Humanos”.
De este modo, Ollé Sese ha recordado cómo, pese al alto componente político y la lentitud del proceso judicial, durante casi dos décadas de lucha, se han hecho valer los derechos de las víctimas y cómo la JU “es el único mecanismo para acabar con la impunidad”.