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BLOG > #BringBackOurGirls: más allá del hashtag

Probablemente, usted fue una de las miles de personas que mostró en la red su malestar por el secuestro de 276 niñas en Nigeria usando el hashtag #BringBackOurGirls. El interés por aquel secuestro fue viral y se extendió por el mundo, pero solo por unos días. Aquella etiqueta nos hizo conscientes de la realidad que viven los ciudadanos de Nigeria, pero desde entonces, el grupo terrorista Boko Haram ha seguido actuando y secuestrando a mujeres y niñas. La última vez, este lunes, cuando secuestró a 25 mujeres en el noreste de Nigeria. Unos días después de que el Gobierno del país hubiese anunciado un acuerdo con Boko Haram que incluía un alto el fuego y la liberación de las niñas.

Ni las 276 secuestradas en su escuela fueron las primeras y no parece que estas vayan a ser las últimas. Como denuncia la organización Human Rigths Watch, desde 2009 el número de mujeres y niñas secuestradas por Boko Haram supera las 500 y más de 7000 civiles han muerto en sus ataques. Al menos 4000 de esas muertes se habrían producido entre mayo de 2013 y septiembre de 2014. En un informe publicado este mismo lunes, varias de las víctimas que han conseguido escapar de su secuestro explican que durante su cautiverio son obligadas a casarse, a convertirse al Islam, son víctimas de trabajos forzados, violaciones y maltratos físicos y psicológicos. Incluso algunas de ellas son forzadas a participar en los ataques del grupo terrorista.

En el mismo informe, se advierte que el Gobierno de Nigeria no ha protegido a las víctimas adecuadamente. No han recibido el apoyo psicológico ni la atención médica necesaria. Además, no se ha investigado para procesar a los responsables. En este sentido, el Gobierno nigeriano y sus aliados deben atender a las víctimas en todos los niveles garantizándoles sus necesidades médicas, psicológicas y sociales. Pero especialmente, aquellas relativas a la reparación del daño a las víctimas y el establecimiento de sanciones para los responsables. Las autoridades nigerianas deben ser capaces de tomar medidas para garantizar la seguridad y la protección de los civiles y aumentar los esfuerzos para salvaguardar los derechos fundamentales de sus ciudadanos.

Con todo, el informe de Human Rights Watch también revela que se han producido abusos por parte de las fuerzas de seguridad de Nigeria. En su respuesta a los ataques de Boko Haram las fuerzas de seguridad del país habrían utilizado métodos que atentan contra los Derechos Humanos, como maltrato físico, quema de casas e incluso asesinatos de personas por ser sospechosas de pertenecer a Boko Haram. El estado de emergencia, declarado en el norte del país desde mayo de 2013, concede a las fuerzas de seguridad poderes ilimitados. Es preciso que las autoridades nigerianas actúen con eficacia y rapidez contra el grupo terrorista pero siempre garantizando los derechos fundamentales de todos sus ciudadanos. Deben por tanto, investigar y enjuiciar en base a las normas y tratados internacionales todos aquellos delitos graves que se produzcan durante el conflicto, tanto los producidos por Boko Haram como por las fuerzas de seguridad del país.

Por todas estas razones, resulta esencial mantener el foco sobre el conflicto existente en Nigeria. La difusión de esta realidad ayuda a que el resto del mundo ponga sus ojos sobre este problema, pero es necesario que no se acabe a los pocos días. Es necesario ir más allá del uso de una etiqueta en Twitter, y tomar medidas reales y eficaces sobre la violencia existente en el país y en la región. Por supuesto, y aunque no existanhashtag para ellos, no debemos olvidar los conflictos, tanto civiles, étnicos o religiosos que se extienden por el continente africano, como en Mali, en la República Centroafricana o en Sudán del Sur. Donde los Derechos Humanos de miles de personas se ven vulnerados cada día.